Cada segundo con nuestros seres querido vale a gloria, nos gustaría preservarlo en un cofre dorado. Así también cada momento nefasto transcurrido con alguien tóxico, nos hace querer que ese tiempo pase rápido y que no se repita. Suelo ser una persona lenta, nada ansiosa, más bien tranquila y perfeccionista y por eso te paso algunas claves que me ayudan a gestionar mi tiempo de una forma más efectiva, sin procrastinar y dejar todo para el final.
En 2020 algunas personas dijeron que hemos tenido enero, febrero, marzo y Covid-19 y ese tiempo quieto, rutinario, confinado y ansioso que propuso la pandemia, nos hizo proponer varios Live en Instagram y Facebook Live para darles claves de como manejar este tiempo convulso. Ya de paso, todos los presentes en nuestras charlas gratuitas, se pudieron enterar de las promociones que tenemos para ustedes en cursos online para prepararse para el resto del año o bien enterarse lo que tenemos preparado para el próximo CALM(Congreso de Autoestima y Liderazgo de Montevideo).

Durante mucho tiempo, estuve abierta a dudas de emprendedores y cada vez que alguien me pedía tomar un café y tener una reunión conmigo, solía aceptar sabiendo que en realidad ese café era una sesión gratuita de mentoring para el emprendedor en cuestión. Antes que estallara la sensación apocalíptica que nos propuso el Covid-19 comencé a dosificar más esos cafés y comencé a centrarme en dar de otras formas, sea aceptando conferencias y charlas gratis o simplemente respondiendo mails. Porque cada vez que cedo parte de mi tiempo a alguien, en realidad le estoy dando lo más precioso que tengo, ya que si hay algo que no vuelve es precisamente el tiempo. Porque cada vez que yo aceptaba revisar una tesis, un plan de negocio o unas dudas de manera altruista, a veces se destinaba 10 horas de mi semana en hacer esas cuestiones. Cuando puse límites a eso, recuperé ese tiempo para crear más cosas positivas para mí , mi negocio y mi familia.
Desde hace unos años, gracias a mis aprendizajes de neurociencia, sé que darle muchas actividades y compromisos a mi cerebro, esto hace que esté estresado, poco productivo, disperso y desconcentrado.
A veces sólo necesitamos prestar atención al modo que hacemos las tareas cotidianas para saborear el tiempo. Cuando sentimos al tiempo como un tirano, es posible que debamos optar por algo distinto. Desde nuestro curso Neuroliderazgo enseñamos la importancia del foco, la atención plena y el uso de Mindfulness para no dispersarnos y así lograr nuestros objetivos. A veces basta con unos minutos para saborear lo que estás comiendo, otras veces es masticar más despacio para sacar el máximo placer de cada bocado. En otros momentos, abrazaras sintiendo a la otra persona y no como un mero compromiso.
Si decido no leer un libro que un extraño pide que yo avale, entonces estoy respetando el tiempo que dedico a mi familia y amigos, o descansar y relajarme. Debemos ser administradores eficaces de la energía mental que el tiempo representa.
Soluciones posibles a la mala gestión del tiempo en nuestra vida cotidiana:
1. Disfrutar cada momento en lugar de sentirnos presionados por lo que no hacemos, no llegamos o nos falta., Si voy a disfrutar que mi ducha sea de 6 minutos en vez de 3 minutos, puedo utilizar esa energía para el goce y así evito despertarme con estrés.
2. Aprender a decir no. Muchas veces, sentimos que si rechazamos una petición razonable, estamos siendo egoístas. Pero debemos aprender entre egoísmo y cuidar de uno mismo. Un “no” a una cosa supone un “sí a otra cosa. Puede que tú seas una persona que dice no demasiado pronto o bien dices sí sin pensar. Otra idea es tomarse un tiempo antes de responder. Parafraseando al gran Stephen R. Covey, nos centramos más en ser proactivos antes que reactivos. La frase "deja que lo piense" es una opción que te puede dar tiempo para reflexionar y tomar una buena decisión. Tiene también que ver con el feedback, tan importante en coaching.
3. Evita la procrastinación. Dejar para otro momento una tarea que tengas que hacer es una de las mayores formas de perder el tiempo. Por ejemplo, descongelar la nevera, o limpiar los vidrios, o pintar la terraza, o terminar de escribir ese libro. ¿Qué te parece llamar a ese amigo con el que has tenido un malentendido? ¿Qué te parece tirar esas botellas de vino y llevarlas a reciclar de una vez? ¿Y si preparas con tiempo la declaración de la renta en vez de dejarla para el último día? Cuando hacemos esas tareas que dejamos pendiente, luego sentimos satisfacción y nos sentimos contentos. Sin duda que salir a tomar algo con una amiga es más atrayente que ir al dentista o a comprar la pintura para mi terraza, pero una vez hechas esas tareas, también es cierto que tendremos más tiempo para escribir libros, salir con amigos o con nuestra pareja. Cuando has expresado buena voluntad en una tarea, tu mente se detiene para felicitarte y sentirse con paz y energía. Esto te prepara para la nueva tarea con nuevo brío y te encuentras disfrutando el presente, y hasta de la lista de cosas que tienes que hacer.
Pero si escudriñamos en la mayoría de estas listas siempre existen algunas tareas que sin duda nada tienen de atractivas. Puedes intentar olvidarlas pero están ahí y te consumen tu energía. Están contigo hasta que las acabes, estas tareas ocupan un espacio en tu mente considerable y hacen que pienses que estás mucho más ocupado de lo que estás en realidad. No dejes que las cosas que menos te gustan, te roben parte de tu tiempo.
4. Dar importancia a las cosas que tienen plazo realista y no presionarte por lo que no has acabado. Si mi ritmo de vida, favorece que limpie los armarios en lugar de devolver llamadas, eso es lo que hago. Si tengo ganas de escribir en lugar de leer los libros de otros, me entrego a ese impulso.
5. Dedicar un tiempo a los placeres sencillos: regar plantas, ir al gimnasio, dibujar. “Beautiful boy” es una canción muy bonita de John Lennon, dedicada a su hijo Sean, que habla que la vida es sólo aquello que pasa mientras tú estás ocupado haciendo otros planes ( Life is just what happens to you, While your busy making other plans). Sería interesante que planeemos una vida sin presiones y escojamos disfrutar de nuestro tiempo.
A veces sólo falta un abrazo de tu hijo para darte cuenta lo valioso que es el tiempo. Cuando lo usamos a nuestro beneficio, en nuestras decisiones vemos posibilidades y ante la espera de esas oportunidades aprendemos la santa paciencia de esperar. Porque los creadores de buen tiempo saben que de cualquier crisis, sólo se sale con esperanza.
Comentarios