Antes que despertarnos, todos deberíamos pensar más en eso que pensamos. Porque la calidad de tu pensamiento va a llevar a una buena o mala calidad de vida. El alfabeto, la capacidad de pensar, de representarnos el mundo a través del lenguaje son los grandes logros de la humanidad. Sucede que constantemente estamos poniendo nuestros prejuicios, ideas, creencias en muchas de las cosas que pensamos y tan es así que nos cuesta pensar en un futuro prometedor, porque solemos repetir pensamientos sobre el pasado, sobre eso que no hicimos ayer, sobre esa discusión que tuve con mi jefe, tanto es así que desde hace más de diez años, hacemos el curso "Pensar bien, actuar mejor" y ahora tiene su formato online.
Karina es una excelente profesional en lo suyo. Tiene su propia consultora de selección de personal, da clases en una universidad privada de prestigio y tras algunas relaciones, vive sola en un apartamento que ella misma se ha comprado. Para ella, el pensamiento positivo y la creencia en sí misma la ha llevado al lugar que está. Sin embargo, en sus relaciones, tanto en las parejas que ha tenido como en sus amistades suele usar el pensamiento para juzgar creyendo que la verdad está en el modo que ella ve el mundo, opina en tono altivo y suele decir que los hombres carecen de lo que ella busca y sus amigas no tienen su genio y talento. En realidad, en Karina vemos reflejados parte de los males de la sociedad actual: cómo un buen pensamiento nos permite enfocarnos y lograr lo que queremos(de ahí se explica su éxito profesional) pero también cuando tenemos exceso de juicios, creencias, opiniones y nos creemos que sólo nuestra visión es la adecuada, ahí el pensador positivo se transforma en un pensador inútil o negativo.
Rosa tiene 20 años y cree que sus caderas son enormes porque miden 95 cm. Si pensamos que ella además mide 1.75 cm, sus caderas están muy en proporción con su altura. Ella no está loca pero siguiendo las presiones de la sociedad y sus propias expectativas ya que quiere entrar en una escuela de modelos, eso hace que perciba su imagen corporal de un modo inadecuado.
Las creencias muchas veces bloquean nuestro bienestar.
¿Por qué en determinadas situaciones continuamos defendiendo actitudes negativas y autodestructivas a pesar de la evidencia en contra? ¿Por qué permanecemos en la irracionalidad pudiendo salirnos de ella? El pensamiento que nos prohíbe ser atrevidos y explorar el mundo con libertad son los programas que tenemos internalizados en nuestro cerebro.
La mayoría de las personas mostramos resistencia al cambio. Preferimos lo conocido a lo desconocido. Cambiar implica pasar de un estado a otro, lo cual hace que inevitablemente el sistema se desorganice para volver a organizarse luego asumiendo otra estructura.
La mente puede ser la mejor aliada del ser humano pero mal usada, puede convertirse en su peor enemiga. Si el pensamiento es irracional obstruye nuestro camino en sentirnos realizados, en sentirnos a gusto con nuestra pareja o amigos y hasta en desarrollar nuestra creatividad en la vida y el trabajo. Con pensamientos negativos e inútiles somos dependientes del pensamiento y de las acciones de los otros.
Pensar es lo que más hacemos en la vida. Lo hacemos siempre en la vigilia y lo hacemos por momentos en el sueño. En el sueño, nuestros pensamientos aparecen de forma distorsionada pero cuando pensamos de forma irregular e inadecuadamente en la vigilia, en la vida cotidiana, poco nos damos cuenta que hemos pensado de forma irregular.
Nuestras creencias, lo que seleccionamos de nuestras percepciones y las experiencias que tenemos nos marcan y crean influencia en nuestro pensamiento. En nosotros habitan pensamientos positivos y negativos, algunos alegres y otros tristes, algunos racionales y otros irracionales, y algunos nos conectan con nuestra compasión y otras veces nos mostramos mezquinos y egoístas.
Vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable en el que la realidad exterior no siempre tiene entrada. Debemos aprender a pensar pero no es algo automático.
Cuando hacemos el esfuerzo por cambiar nuestra mente se debe a que en todos habita un psiquismo que nos hace tener cierta resistencia al cambio. Esto lo teorizaron perfectamente los profesores de Harvard, Robert Kegan y Lisa Lahey. Con su método Immunity to Change, Robert Kegan y Lisa Lahey han guiado a una generación de líderes adultos a superar barreras, encontrar nuevas soluciones y aceptar el cambio que quieren hacer.
Basado en 30 años de investigación sobre el desarrollo de adultos, Immunity to Change es "una forma de ayudar a las personas a tomar una especie de rayos X de su propia forma de pensar", dijo Kegan, que permite a las personas ver "las formas en las que el sistema puede estar cometiendo errores o distorsiones de alguna manera que le impiden dejar que se le ocurran nuevas ideas que, de hecho, pueden permitirle cambiar su comportamiento ".
Durante décadas, Kegan y Lahey, coautores de varios libros, incluido Immunity to Change: How to Overcome It and Unlock the Potential in Yourself and Your Organization, han compartido sus técnicas no solo con estudiantes de HGSE, sino con miles de profesionales de la educación en todo el mundo a través de cursos y programación de desarrollo profesional.
El trabajo de Kegan y Lahey comenzó con el Change Leadership Group en HGSE, un proyecto nacional dirigido por Lahey, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates. La pareja dirigió un exitoso programa en persona con Educación Profesional en HGSE y, en 2014, pudieron llegar a una audiencia aún mayor cuando lanzaron el primer curso en línea de HarvardX de HGSE, Unlocking the Immunity to Change, que llegó a más de 60,000 estudiantes en su primer año. El cambio a menudo falla porque las personas se enfocan únicamente en su comportamiento, pero la mayoría de los esfuerzos requieren tanto adaptaciones técnicas (cambios en el conjunto de habilidades de una persona) como cambios adaptativos en la mentalidad de una persona, sostienen Kegan y Lahey. La mayor parte del desarrollo profesional ofrece solo el desarrollo de habilidades técnicas, y eso es lo que distingue a Immunity to Change. "El enfoque de la inmunidad al cambio es único en el sentido de que se centra exclusivamente en la transformación de la mentalidad para mejorar la práctica profesional, lo que le permite ayudar a los participantes a abordar los desafíos de adaptación", dijo Lahey, quien, con Kegan y la profesora de HGSE, Deborah Helsing, continúa brindando recursos a través de su firma consultora Minds at Work. "La transformación de la mentalidad requiere superar los puntos ciegos, desenterrar nuestros compromisos en competencia y liberarnos de las suposiciones limitantes". Immunity to Change también ha ayudado a las personas a impulsar el cambio en sus organizaciones, especialmente en las escuelas. En 2015, Kegan y Lahey ofrecieron un programa profesional en línea de 12 semanas para profesores y administradores de organizaciones de educación primaria y secundaria y de educación superior para aprender a implementar un cambio organizacional duradero. Y, recientemente, se basaron en los fundamentos de Immunity to Change para organizar un seminario web sobre cómo las personas, las organizaciones y los sistemas pueden avanzar en tiempos de crisis.
-La mente no es sistema de procesamiento de la información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos ordenadores.
Nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción y expectativas de todo tipo.
A veces la mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier costo, incluso si el precio es mantenerse en la más absoluta irracionalidad.
El cambio requiere que desechemos durante un tiempo las señales de seguridad de los antiguos esquemas que nos han acompañado durante años, para adoptar otros comportamientos con los que no estamos tan familiarizados ni nos generan tanta confianza. Crecer duele y asusta.
La novedad produce dos emociones encontradas: miedo y curiosidad. Mientras el miedo a lo desconocido actúa como un freno, la curiosidad obra como un incentivo (a veces irrefrenable) que nos lleva a explorar el mundo y asombrarnos. Aceptar la posibilidad de renovarse implica que la curiosidad como fuerza positiva se imponga a la parálisis que genera el temor.
El poder de las creencias
Abandonar las viejas costumbres y permitirse la revisión de las creencias que nos han gobernado durante años requiere valentía. Si estás leyendo este post, quiero que pienses en tus pensamientos útiles, que implican la mejor energía, que pienses los pensamientos positivos que has tenido esta semana, que piensen los inútiles, esas rumiaciones mentales, que pienses los negativos y si has tenido más pensamientos positivos que negativos, vas por buen camino.
Pero para mejorar debes tener en cuenta que tus emociones te van a jugar una mala pasada porque están antes que tú puedas pensar algo. Antes se creía que el pensamiento no creaba la emoción. Hoy se sabe que una suma considerable de malos pensamientos puede llevar a sentirnos devastados, tristes, abatidos.
También es cierto que la emoción es una reacción a un estímulo y es automática, viene en nuestro ADN, todos tenemos miedo, ira, alegría, sorpresa, asco, tristeza desde que nacemos y para probar el peso de la emoción , haz el nudo humano. Cuando estás con tu equipo de trabajo o grupo frecuente, pónganse todos en ronda, cierren los ojos y luego estiren los brazos, pongan las manos unas encima de las otras. Si abres los ojos y miras con qué mano te has enlazado, eso seguramente te generará una emoción.
Foco positivo es un primer paso para pensar bien
“Cuando una persona tiene un problema, podemos enfocarle para que piense cuáles son esas cosas importantes que le dan un sentido a su vida".
Tu cerebro funciona en diferentes niveles
Como consecuencia de ello, puedes tener diferentes niveles de existencia y de pensamiento. Al tratar de entender el funcionamiento del cerebro, o tratar de cambiar conductas o comportamientos, es necesario tener en cuenta esos diferentes niveles.
Lo mismo ocurre en un sistema empresarial, donde hay distintos niveles de organización. Según Robert Dilts, desde el punto de vista psicológico parece que son cinco los niveles con los que trabajamos la mayor parte del tiempo. (1) El nivel básico es nuestro entorno o ambiente, nuestras restricciones externas. (2) Actuamos en ese entorno a través de nuestra conducta. (3) Nuestra conducta está dirigida por nuestros mapas mentales y estrategias, las cuales definen nuestras aptitudes. (4) Esas aptitudes están organizadas por los sistemas de creencias -los cuales son el tema de este trabajo- y (5) las creencias están organizadas según su identidad.
Planea tus acciones
¿ Cómo sabes que estás haciendo algo porque realmente quieres hacerlo? ¿ Cómo sabes que no estás siendo influido por lo que otras personas te han dicho, o por el hecho de que recibirás un castigo si no lo haces? Una vez eres consciente, dejas de identificarte por pensamientos negativos e inútiles y lograr pensar en lo que quieres y en lo que te hace bien, te enfocas positivamente, ahí puedes planear acciones que te conecten con tu potencial.
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